Por Máximo Ba Tiul
Mientras la Flotilla Global Sumud sigue su rumbo, con el objetivo de romper el cerco militar que ha construido Netanyahu, impidiendo la ayuda humanitaria para las víctimas del genocidio en la Franja de Gaza, impulsado por Israel. En la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en New York, Estados Unidos, los representantes de los Estados, en estos primeros días de la 80 Asamblea General, comienzan a desfilar como se acostumbra cada año, para contar lo que según ellos han hecho en beneficio de la democracia y los derechos humanos, mientras sus pueblos siguen sumidos en pobreza y extrema pobreza, como la mayoría de los países de América Latina, África y Asia, a causa del capitalismo neoliberal y extractivista.
Hoy la tónica además de lo acostumbrado, fue la “defensa de la humanidad y la paz”. Ciento cincuenta países reconocen a Palestina como Estado, mientras un nuevo informe de la ONU, afirma que Israel está cometiendo genocidio. Presidentes de todo el mundo, como Gustavo Petro, Gabriel Boric, Luiz Lula, Pedro Sánchez, lo confirman. Pedro Sánchez, dice: “Hemos aprendido a valorar la libertad porque sabemos el precio que supone perderla para todos nosotros. Hoy, el autoritarismo vuelve a caminar arrogantemente por el mundo”. O como lo dice Petro: “Defender a Palestina es defender a la humanidad”.
La mayoría de presidentes y jefes de Estado, no dudaron en señalar que lo que está cometiendo el gobierno de Israel es “¡Genocidio!”. Masacrar a familias enteras, matar a niños y niñas, a mujeres, a ancianos, bombardear hospitales, dejar morir de hambre a personas solo puede llamarse ¡GENOCIDIO! y así hay que conocerlo, el mundo lo debe conocer así y todos estamos llamados a denunciar a Israel y a Estados Unidos y a defender a Palestina. Por eso, quienes van en la flotilla, representantes de más de 40 países, dicen: “Nosotros estamos actuando, ahora, y esperamos que los gobiernos hagan lo mismo” y nuestra sorpresa fue, que, Italia, Francia, España, Colombia, han enviado buques de guerra para acompañar a la flotilla humanitaria y darles seguridad, ante la amenaza fascista de bombardearlo.
Además de las denuncias fuertes contra el genocidio, los gobiernos, manifestaron nuevamente su desaprobación a la injerencia del gobierno de Donald Trump en los países, Estados y gobiernos del mundo, violando el derecho a la soberanía y autonomía de los pueblos. Petro, manifestó que, como es posible “que un gobierno extranjero descertifique a un gobierno legítimamente electo”, esto no es democracia continuaba diciendo. Lula, le dice a Trump, que deje de creerse el emperador. Además, lo acusan de ser cómplice de Netanyahu, al promover el genocidio contra de Palestina. Se vuelve a discutir, por qué un presidente o un gobierno, quiere mantener su control sobre el mundo y tomando decisiones personales de bombardear a quienes no quiere, con la excusa de controlar el narcotráfico, como lo hace en el Caribe de Venezuela, cuando en realidad, el verdadero objetivo de Estados Unidos, es apropiarse de los bienes naturales de nuestros países, como el petróleo de Venezuela, el litio de Bolivia, Chile y Argentina y las riquezas naturales de otros países, por eso, el apoyo incondicional del gobierno del norte a las políticas criminales del gobierno de Israel y apoyado por el entreguismo de otros serviles.
Lo que hace muchos años, era un secreto a voces, hoy ya no lo es, que, instituciones del gobierno del norte como la DEA, la CIA colaboran con el narcotráfico, así como lo hacen los bancos del país del norte, al blanquear millones de dólares del narcotráfico y del crimen organizado, pone de alguna manera en vergüenza al gobierno del norte, quien a pesar de su hipocresía, se impone como el mandamás, regañando a cualquier presidente, como si Estados Unidos, fuera el gran país de la democracia y de los derechos humanos.
De hecho, el gobierno del norte, se considera el gran pavo real, porque también en el mundo hay gobierno lamebotas, como Milei en Argentina, Noboa en Ecuador. Bukele en El Salvador y personajes nefastos como Bolsonaro en Brasil, Aznar en España, Uribe en Colombia, Dionicio en Guatemala.
Guatemala, por cobardía, no logra distanciarse del gobierno del norte. Desde la contrarrevolución contra Jacobo Árbenz, estamos sometidos y humillados, por los “mugrosos dólares” que recibe nuestro país del gobierno del norte. Una ayuda que simboliza sumisión y cobardía. El apoyo de Estados Unidos para ayudar a sentar a Arévalo en la silla presidencial en el 2023, le impone su propia agenda y sello, como: “No reconocer al Estado palestino, no denunciar el genocidio, someter a los migrantes, convertirnos de hecho en tercer país seguro, no reconocer al gobierno de Venezuela, no pelearse con Bukele, participar tibiamente en el CELAC, etc.”.
Al presidente Bernardo Arévalo, le costó balbucear el nombre de Palestina y después, que su canciller, se había negado a reconocer al Estado de Palestina, medio lo dijo sobre el pódium de NN. UU y a puros empujones, porque sería mucho el descaro de no decirlo, aunque sea tímidamente, porque también los migrantes se lo exigieron, pero no dijo nada sobre el colonialismo gringo, tampoco israelí, que quieren mandar sobre el mundo entero y peor aún ni pio sobre el “genocidio”.
Arévalo, inicia, su intervención con unas palabras mal pronunciadas en Q’eqchi’, reviviendo el multiculturalismo neoliberal. Fundamenta, su concepto de paz, con la propuesta de “Bartolomé de Las Casas y Carlos V” de denominar el territorio de los Tu’kur como “territorio de paz”, haciendo creer que los pueblos originarios de ese territorio; Ch’ol, Akala’, Lakandon, Manché, Q’eqchi’, Poqomchi’, Achi’, después de ser violentos, los pacificaron mansamente. Cuando no fue así, porque esta región era habitada por varios pueblos, que vivían bajo una forma de “federación de pueblos” y la Iglesia católica fue quien trajo la división y el miedo, obligando a muchos a catolizarse, porque no fue cristianización, y así someterlos y reducirlos a pueblos, eso quiere decir, que Arévalo desconoce la historia de esta región.
Arévalo, se presente como el “nuevo defensor de los pueblos mayas”, algo así, como el “nuevo Bartolomé de las Casas”, abrogándose el derecho de hablar por los pueblos, diciendo que con las mesas de diálogo, que más parece mesas de café, que tiene con algunas “supuestas autoridades ancestrales”, estaba terminando con el racismo, cuando a pocas cuadras de donde se reúnen los jefes de Estado y de gobierno, los llamados “representantes” de los pueblos indígenas, sobre todo de Guatemala, se quejan “que después de muchos años, Naciones Unidas y los Estados” muy poco es, lo que han hecho por los pueblos indígenas y ese poco, no ha servido de mucho.
Guatemala, siempre debería estar en contra del genocidio o de cualquier forma de violencia contra la vida. Somos testigos y víctimas de una guerra profunda a causa de la ambición de los que tienen poder. No se nos debe olvidar que Israel y Estados Unidos, fueron financistas del genocidio y del colonialismo al que hemos sido sometidos en el país, durante años y por eso nuestro grito debe ser “NO AL GENOCIDIO”. Y oponerse al GENOCIDIO, es defender a la HUMANIDAD.




