La Corte Suprema de Estados Unidos ha emitido una polémica decisión que permite al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) retomar las redadas en California basándose en el color de piel, el acento o el tipo de trabajo de una persona. El fallo, con una mayoría de 6 a 3, anula una orden judicial que protegía a los residentes, lo que ha sido calificado como una “victoria masiva” por la administración de Donald Trump. Se espera que los arrestos, que habían disminuido drásticamente, se expandan de nuevo, amenazando la seguridad de comunidades migrantes en Los Ángeles y otras áreas.
Por Prensa Comunitaria*
La Corte Suprema de los Estados Unidos ha emitido una polémica decisión que permitirá al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) realizar arrestos y redadas en California basándose en el color de piel, el idioma, el tipo de trabajo o el acento de las personas.
El fallo, aprobado con una mayoría de 6 a 3, suspende la orden emitida en julio pasado por la jueza federal Maame Ewusi-Mensah Frimpong, que prohibía a ICE detener a personas exclusivamente por esos motivos. Los tres jueces disidentes criticaron al grupo conservador, señalando que su decisión permite a las autoridades migratorias atacar a cualquier persona latina que ocupe un empleo de bajos salarios.
“Han declarado que todos los latinos, sean o no ciudadanos estadounidenses, que trabajan en empleos de bajos salarios son presa fácil para ser capturados en cualquier momento, sacados del trabajo y retenidos hasta que proporcionen pruebas de su estatus legal a satisfacción de los agentes”, indicó la jueza Sonia Sotomayor en su crítica.
La jueza Frimpong había argumentado en su fallo del 11 de julio que las acciones de la administración de Donald Trump podrían estar violando la protección de la Cuarta Enmienda de la Constitución de los EE. UU., que protege contra registros e incautaciones irrazonables.
La decisión fue celebrada por la fiscal general de los Estados Unidos, Pam Bondi, quien la calificó de una “victoria masiva”. A través de sus redes sociales, Bondi señaló que ahora los agentes de inmigración pueden “continuar con las redadas en California sin la gestión judicial”.
Kristi Noem, secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), también se pronunció, calificando la suspensión como una “victoria para la seguridad del pueblo estadounidense y el estado de derecho”. Noem añadió que Los Ángeles será testigo de una “fuerza del orden” para eliminar a los “peores extranjeros ilegales y criminales” del Estado.
Impacto inmediato de la decisión
Después del fallo original de la jueza Frimpong, los arrestos de ICE en Los Ángeles habían disminuido drásticamente. Según el Instituto CATO, las detenciones totales cayeron un 66%, y los arrestos de personas sin antecedentes penales, cargos o órdenes de deportación bajaron hasta un 83%.
Con la suspensión de esta orden, y a la luz de las declaraciones de Noem, se espera que las redadas y detenciones se expandan nuevamente. Estas operaciones podrían incluir zonas residenciales y lugares de empleo con alta afluencia de migrantes, como paradas de autobús, estacionamientos de tiendas, lavaderos de autos y otros sitios similares.
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Trump ataca a las “ciudades santuario”
La polémica decisión se produce en un contexto de tensiones crecientes. El 6 de septiembre, el presidente Trump publicó en su red social “Truth Social” un mensaje provocador: “Me encanta el olor de las deportaciones por la mañana. Chicago está a punto de descubrir por qué se llama Departamento de Guerra”.
El comentario fue recibido con una fuerte crítica por parte de los residentes de Chicago, quienes lo interpretaron como una declaración de guerra contra una de las principales ciudades del país.
El gobernador demócrata de Illinois, J.B. Pritzker, calificó la publicación de Trump como “no normal”. En sus redes sociales, Pritzker declaró: “Donald Trump no es un hombre fuerte, es un hombre temeroso. Illinois no se dejará intimidar por un aspirante a dictador”.
Las declaraciones de Trump se dan en un momento de alta tensión para Chicago, donde se anticipa un amplio despliegue de agentes de ICE para el próximo viernes 12 de septiembre. Trump también ha señalado que se reserva el derecho de convocar a la Guardia Nacional si la reacción a la operación lo justifica.
Chicago es una de las “ciudades santuario”, llamadas así por sus políticas que limitan la colaboración con agentes federales de inmigración. Trump ha prometido intensificar las redadas y deportaciones en varias de estas ciudades, incluyendo a Nueva York, Colorado, Connecticut, Dakota del Norte e Illinois.
Otra de las ciudades fuertemente afectadas por las políticas de Trump ha sido Washington D.C., donde el presidente tomó el control de la policía, poniéndola bajo control federal durante varios días en el mes de agosto.
*Con información de CNN, Washington Post, Dallas News, El Economista y Vox.




