Comunidades y organizaciones sociales de Guatemala se unen a la Caravana Mesoamericana por el Clima y la Vida

 

En el Día de la Resistencia Indígena, Negra y Popular la Caravana Mesoamericana por el Clima y la Vida proveniente de México llegó a Guatemala donde organizaciones y comunidades la recibieron y compartieron sus luchas y resistencias que atraviesan en sus territorios frente al modelo extractivo.

La caravana se encamina el martes 14 de octubre hacia El Salvador y culminará su recorrido en la ciudad de Belem Do Pará, Brasil el 10 de noviembre, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2025, COP 30.

Por Juan Bautista Xol, con información de Liz Coronado

Dirigentes campesinos, autoridades indígenas y líderes de organizaciones sociales de diferentes pueblos originarios de Guatemala se han sumado a la Caravana Mesoamericana por el Clima y la Vida que recorre el país desde el 12 de octubre, socializando las diferentes resistencias y las formas de luchas en defensa de la naturaleza, los derechos colectivos, derechos humanos, denunciando el falso discurso de los paliativos a la crisis climática y los graves daños a los bienes naturales que representa el extractivismo en sus territorios.

La Caravana Mesoamericana llegó a Guatemala el 12 de octubre haciendo una parada en Tecún Umán, luego a Coatepeque, Quetzaltenango y a Santa Lucia Cotzumalguapa, donde las autoridades, dirigentes y organizaciones civiles se concentraron y a través del fuego ceremonial ofrendaron el fruto de los cultivos que producen sus tierras, al mismo tiempo que visibilizaron las luchas que realizan en la defensa de los territorios.

El 13 de octubre la caravana llegó a la ciudad de Guatemala donde realizó en un encuentro interno entre las comunidades y el 14 se efectuó una parada frente al Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), en donde denunciaron la violación de derechos humanos y derechos colectivos de los pueblos indígenas por parte de las empresas extractivas como las empresas mineras, hidroeléctricas y de palma de aceite.

La Caravana Mesoamericana por el Clima y la Vida se detiene frente al MARN en la ciudad de Guatemala. Foto Liz Coronado

Rumbo al resto de Centroamérica y Brasil

Este martes la caravana se encaminará hacia el departamento de Jutiapa, al territorio del pueblo Xinka en el sureste del país, vecino con El Salvador donde continuará su recorrido hasta Belem Do Pará, Brasil.

Los países que la  recorrer por tierra son México, Guatemala. El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia y Brasil.

Buscan visibilizar luchas sociales y comunitarias de la región

Por medio de esta caravana se busca visibilizar cuatro ejes fundamentales: los megaproyectos y militarización; la migración y el desarraigo forzado, la mercantilización de la vida y la crisis global del agua.

Según los participantes de la caravana, los pueblos indígenas son quienes han tenido la iniciativa de defender los recursos naturales y de los territorios de Guatemala que siguen siendo destruidos, explotados, exportados y comercializados por los megaproyectos como la minería y las hidroeléctricas.

Estas actividades industriales han sido una amenaza permanente para el campesinado y pequeños empresarios, también para comunidades indígenas y mestizas ya que el modelo extractivo solo se ocupa de expandir sus actividad industrial favoreciendo a un solo sector, mientras que el impacto ambiental daña a las comunidades, además de operar de manera ilegal y a través de la corrupción, señalan las organizaciones participantes.

Los colectivos que participan de la caravana coinciden en que los megaproyectos en Guatemala perjudican a las comunidades, privatizando ríos, lagos e incluso la privatización del uso de la tierra que históricamente ha sido la base principal para las familias de las comunidades ya que a través de la producción de la tierra sostienen sus hogares.

La privatización de los bienes naturales en los distintos territorios obliga a miles de guatemaltecos de diversos pueblos indígenas y mestizo a migrar al extranjero en busca de nuevas oportunidades. Varios son obligados a dejar sus tierras por la criminalización y persecución judicial de los miembros de sus familias, el despojo de sus tierras, los desalojos forzados, la falta de empleo, la pobreza y los cambios climáticos que perjudican su débil economía.

Una de las preocupaciones de las y los defensores del medio ambiente en sus territorios son la presencia de las licencias mineras y la expansión descontrolada del monocultivo de la palma de aceite, ya que la consecuencia de la exploración y explotación de cualquier tipo de minería y el impacto que genera la palma de aceite entre otros monocultivos causan daños en el medio ambiente irreparables y genera pérdidas en la agricultura campesina, lo que también significa perdidas en la economía familiar.

Organizaciones de Guatemala se unen a la caravana que recorrerá 9 países hacia la COP30. Foto Liz Coronado

Según los defensores del territorio y organizaciones sociales, en Guatemala existen 345 licencias de explotación y exploración de minería que abarcan 1,139.7 kilómetros cuadrados de extensión, y durante este 2025 existen 754 solicitudes que equivalen 19,232.35 km cuadrados.

Otro tema que se busca posicionar es la crisis global del agua. En Guatemala, en los últimos años las comunidades han denunciado la contaminación del agua, ríos y lagos que han sido contaminados por los megaproyectos que operan en los territorios, además de su uso de manera industrial sin regulación.

Uno de estos ejemplos es el caso de la cuenca del Río Motagua que atraviesa 13 departamentos y abarca cerca de 107,057 km² desembocando en el mar Caribe. El área de la cuenca del Río Motagua es afectada por 147 licencias de extracción minera, en las que destacan la producción de níquel, plata, oro, hierro y oro.

En contraste con las industrias extractivas, la sociedad civil encuentra un enorme reto para el acceso a agua de calidad. Guatemala es el único país de Latinoamérica sin una Ley de Aguas que regule su uso, indicaron.

La socialización de estas violaciones de derechos humanos hacia las comunidades indígenas en Guatemala permite que las autoridades indígenas, dirigentes campesinos y las organizaciones sociales, puedan seguir denunciando ante las instancias internacionales para que sean escuchadas y tomadas en cuenta ya que consideran que las instancias nacionales siguen estando cooptadas por las empresas y elites corruptas que ocasionan daño a los bienes naturales, la justicia y democracia.