Por Pablo Sigüenza Ramírez
Las protestas de 2015 contra la corrupción del gobierno de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti; las manifestaciones contra el gobierno corrupto de Jimmy Morales sobre quien pesa ahora una investigación por su responsabilidad en el caso de las niñas del Hogar Seguro Virgen de la Asunción; los resultados electorales de 2023 y la movilización popular en defensa de esos resultados; son todos fenómenos que dan cuenta de una coyuntura política que enfrenta dos discursos y dos proyectos de país. Por un lado, las prácticas de cooptación y saqueo del Estado por parte del pacto de corruptos y sus principales operadores; y por el otro, el discurso y el intento por recuperar la institucionalidad del Estado y sostener la democracia representativa que aún existe.
Más allá de esta dicotomía, hay una tercera voz, una tercera propuesta de país. Una más profunda. Aquella que propone transitar de la democracia representativa a la democracia participativa y efectiva. Es decir, poner al centro a la población y no a las instituciones, incluir en el proyecto nacional las diversas cosmovisiones que existen en el país. Una propuesta que habla del respeto a la Madre Tierra y propugna por una visión más ecológica para nuestras formas de vida. Una voz que habla de justicia social. Dentro de las personas que han hablado desde este lugar, está el líder campesino Leocadio Juracán, hoy acusado judicialmente en un caso más de criminalización de la lucha social.
A lo largo de su trayectoria política y comunitaria, Leocadio Juracán siempre mostró un alto sentido ético y solidario para con la población. Ha dedicado su vida al servicio de la comunidad, a la gestión de derechos y oportunidades para los sectores marginados de la sociedad guatemalteca, a la defensa del agua, el bosque y la tierra. Es un demócrata que ha propiciado espacios de diálogo y concertación. Entiende la democracia como la posibilidad de que el buen vivir y la vida digna estén al alcance de todas y todos los guatemaltecos. Es un maestro de vida y un hombre sabio. Su voz se trenza con las luchas de miles de guatemaltecas y guatemaltecos que construyen un futuro colectivo mejor. Su voz se desprende desde un huracán que canta justicia.




