La administración Trump ratificó la tasa de 10 por ciento para varios países, entre ellos Guatemala pese estar vigente el DR-Cafta. Exministros de Economía advierten que el impacto para los envíos del país hacia Estados Unidos limitaría el comercio con esta nación.
Por Prensa Comunitaria
El comercio mundial se ajusta ante las disposiciones que anunció la última semana de julio el presidente estadounidense Donald Trump, que ratifica el cobro de un arancel base del 10 por ciento a todas las importaciones de Estados Unidos impuesto en abril de este año.
Con esta decisión, Guatemala, que forma parte del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta), pierde los beneficios arancelarios alcanzados para algunos productos que exporta, y que a partir de la decisión serán tasados con un arancel de 10 por ciento.
Bajo el DR-Cafta —que cobró vigencia el 1 de julio de 2006— los bienes exportados hacia EE. UU. comenzaron procesos de desgravación hasta alcanzar en la mayoría de casos el cero por ciento del pago de arancel. Sin embargo, esto cambió a partir del 2 de abril y se ratificó este mes, no solo para Guatemala sino para la mayoría de países, indicó el exministro de Economía, Rubén Morales.
Los nuevos aranceles cobran vigencia el 7 de agosto para la mayor parte de socios comerciales, con excepción de países como Canadá, México y China, con quienes Washington ha acordado otras fechas. Las tasas anunciadas van desde el 10 por ciento hasta el 50 por ciento, impuesto a Brasil.
Las exportaciones guatemaltecas quedaron en el grupo de países que pagan 10 por ciento de arancel, junto a otros latinoamericanos y caribeños como Honduras, El Salvador, Panamá, Jamaica, Haití, Belice, República Dominicana, Chile, Perú, Colombia, Argentina, Paraguay y Uruguay. A Costa Rica y Ecuador les establecieron el 15 por ciento.
Con México y Canadá se mantendrá la protección del acuerdo comercial con EE.UU. (T-MEC), que podría entrar a revisión el próximo año. Según Morales, este hecho pone en desventaja al sector exportador guatemalteco frente a las exportaciones mexicanas porque el arancel resta competitividad a los productos que se envían a EE.UU. como el café, aguacate y otras frutas.
Los países del Norte son socios estratégicos en varios sectores como el caso de la industria automotriz, por lo que ponerles aranceles sería contraproducente por el impacto en las cadenas de valor, agregó Morales.
De vuelta al pasado
Abel Cruz, exviceministro de Inversión y Competencia del Ministerio de Economía, dijo que la Organización Mundial del Comercio (OMC) surge en 1996 con el propósito de impulsar el libre comercio y dejar atrás medidas proteccionistas, como los aranceles, ya sea para un país o determinadas industrias.
Para Guatemala, entre el 2000 y 2010 se negociaron los principales Tratados de Libre Comercio (TLC) el DR-Cafta y el acuerdo con la Unión Europea, que abarcan en conjunto más del 80 por ciento de comercio del país, indicó Cruz. Pero “ahora resulta que regresamos al pasado, con un 10 por ciento de arancel”, rompiendo la lógica de la facilitación del comercio, agregó.
EE.UU. es uno de los socios principales, de enero a mayo de 2025 las exportaciones hacia ese destino suman US$2 mil 176 millones, que representan el 32 por ciento del total exportado, que según el Banco de Guatemala (Banguat) es de US$6 mil 802.3 millones. Los países de Centroamérica, con el 34 por ciento del valor de las exportaciones de ese periodo, generaron US$2 mil 315.8 millones.
Para el Fondo Monetario Internacional (FMI) el incremento de los aranceles es uno de los riesgos que enfrenta la economía global. En el informe del Sector Externo 2025, el FMI expone que las medidas arancelarias no son una buena herramienta para corregir los desequilibrios en la balanza corriente.
En una publicación de la cadena de noticias CNN se detalla que el Departamento del Tesoro de EE.UU. informó que recaudó cerca de US$30 mil millones en ingresos arancelarios el mes pasado, situación que la administración Trump considera que apuntalará la economía estadounidense y reducirá el déficit en la balanza comercial, junto con otras medidas como el recorte de gastos que marcó el inicio de su segundo mandato.
Impactos
En teoría, los aranceles son pagados directamente por las empresas que importan los productos, este costo se traslada al minorista, comerciante o fabricante que utilizan o venden materiales o bienes comprados en el extranjero. Son los consumidores finales los que pagan el impacto total o parcial del alza arancelaria según sea la capacidad financiera y las políticas de las empresas afectadas.
Pero esa premisa puede variar. Cruz comentó que, en este contexto, suele ocurrir que algunas de las empresas que le venden a EE.UU. aceptan absorber el nuevo arancel para evitar la fuga de compradores, pero para las que no manejan grandes márgenes de comercialización o tienen utilidades menores al 10 por ciento pierden la ganancia con el arancel.
Habrá empresas guatemaltecas sin la capacidad de pagar el arancel y que optarán por cerrar líneas de producción o dejar de exportar, lo que repercute en el mercado laboral con mayores tasas de desempleo e informalidad, agregó el exviceministro y actual vicerrector administrativo de la Universidad Mesoamericana.
En la economía estadounidense, según una nota de abril pasado de Robert Lawrence, experto en comercio de Harvard Kennedy School, se advierte que los aranceles tendrán un efecto regresivo y los hogares típicos gastarán entre US$2 mil y US$4 mil adicionales con estas medidas. Tener aranceles bajos es una ventaja para el consumidor estadounidense pues puede comprar importaciones más baratas, así como para la producción que compra insumos importados, añadió.
Hablarle a la Oficina del Representante Comercial de EE.UU.
La Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport) ha manifestado su preocupación por la tasa que pone en desventaja competitiva frente a México a productos guatemaltecos como el vestuario, agricultura, café, azúcar y textiles pues este último país mantiene exención gracias al DR-Cafta.
Amador Carballido, director general de Agexport, indicó que “la ruta a seguir es el que ya se había anticipado, un proceso de negociación durante agosto de 2025, que lidera el Ministerio de Economía (Mineco) con dos rondas de diálogo entre Guatemala y USTR (Oficina del Representante Comercial de EE.UU.), esperando lograr al menos una exención o reducción del arancel.
Desde mayo, Gabriela García, la ministra de Economía, informó que se trabaja en una hoja de ruta para negociar con el USTR, un esfuerzo al que se suma Hugo Beteta, el embajador en Washington. Esto incluye mejoras no arancelarias como las mejoras en temas fitosanitarios; de aduanas y puertos, y de propiedad intelectual.
La negociación se clasificó bajo reserva durante siete años, prorrogables durante cinco más. Este mes la delegación gubernamental realizará rondas de negociación con el USTR, ante el resultado desfavorable de los primeros acercamientos que fueron insuficientes para reducir el arancel del 10 por ciento o hacer prevalecer lo acordado en el DR-Cafta.
https://prensacomunitaria.org/2025/07/gobierno-ocultara-informacion-sobre-negociacion-de-aranceles-con-ee-uu-por-siete-anos/
Se desconoce por qué se instituyó la reserva. Sin embargo, el grupo que viajó a Washington el 27 de mayo pasado, integrado por el sector privado y público no logró desvanecer este impuesto que coloca en desventaja al país.
Cruz indicó que las autoridades deben observar la estrategia mexicana y trabajar desde una mesa técnica la negociación alineada con las demandas del sector privado exportador para resaltar la importancia del comercio bilateral y las buenas relaciones que se tienen con EE.UU.




