Popol Wuj – VI Congreso Internacional: Se retoma la demanda por la Universidad Maya’ y la revalorización cultural

Edgar Chitop, Tz’unun Kab/Uspanteko, Colectivo Maya’ taq Molaj 

Chi oxlajbaqtun kablajtun kajlajwinaq wuqub 9 Kej, 8º Rajaw Aq’ab, 5 Kaqam

(13.0.12:14-7) 5 Yaxk’in, Chi Iximulew – Guatemala 2 de agosto de 2025

Del 21 al 23 de julio de 2025 el corazón de Ciudad de Guatemala se convirtió en un espacio sagrado para el pensamiento, la reflexión y el reencuentro con las raíces del Maya’. El VI Congreso Internacional sobre el Popol Wuj, dedicado al recordado Dr. Robert M. Carmack, congregó a académicos nacionales e internacionales, líderes espirituales, estudiantes y representantes comunitarios del país. Todos coincidieron en un mensaje fundamental: el Popol Wuj no es un libro del pasado, sino una guía viva para el presente y el porvenir.

Un diálogo entre las comunidades y la academia

El Congreso fue escenario de destacadas ponencias, como las de los doctores Michela Craveri (Italia), Ruud van Akkeren (Holanda), Oswaldo Chinchilla (guatemalteco en Yale), Daniel Matul Morales; representantes de Maya’ Taq Molaj, entre muchos otros expositores. Sus intervenciones ofrecieron nuevas miradas al texto sagrado desde la lingüística, la antropología, la arqueología, la psicología, la memoria y la historia. Adicional a las voces académicas, también fueron importantes las experiencias comunitarias que se presentaron: desde la revitalización de la familia lingüística Maya’ hasta la publicación de libros que recogen la sabiduría de las abuelas tejidas en los trajes ceremoniales.

En las mesas de diálogo se compartieron hallazgos arqueológicos, documentos ancestrales, análisis simbólicos y cosmovisiones que hoy cobran renovada vigencia. El consenso es claro: el Popol Wuj no es sólo literatura antigua, sino un sistema completo de conocimiento, espiritualidad, memoria e identidad.

Sabiduría viva y compromisos colectivos

El Congreso no se limitó a la reflexión teórica. En las mesas de trabajo finales, las y los participantes se organizaron para generar propuestas concretas. De este ejercicio colectivo emergieron consensos claros y demandas urgentes.

Primero, la necesidad de una activa participación del Estado guatemalteco en la promoción y fortalecimiento de las culturas originarias. Se hizo un llamado al Ministerio de Educación, al Ministerio de Cultura y Deportes, al Congreso de la República; a las universidades, pública y privadas, a las instituciones culturales y organizaciones de Pueblos Indígenas a asumir la responsabilidad en la revalorización del pensamiento Maya’, respetando y practicando. No se trata de gestos simbólicos o eventos aislados, sino de construir una política sostenida que reconozca al Popol Wuj como patrimonio vivo, y como un texto con dimensiones filosóficas, educativas, ecológicas y políticas. Su sabiduría puede y debe orientar las decisiones públicas en educación, salud, justicia, medio ambiente y convivencia social.

Segundo, se reafirmó el papel del Pueblo Maya’ como guardián de la Madre Tierra, la historia y el equilibrio con el cosmos. En este marco se hace un llamado a los educadores para guiar a la niñez y a la juventud: que se acerquen al Popol Wuj, que no lo tomen como algo ajeno o incomprensible, sino como una fuente profunda de respuestas. Las abuelas y los abuelos son portadores de la palabra y sabios maestros. Sus enseñanzas deben transmitirse no sólo en las aulas, también en la comunidad, en los tejidos, los rituales, los idiomas originarios y los sueños colectivos. El sistema educativo debe propiciar su lectura desde la primaria.

Se retoma la demanda: urge la Universidad Maya’

Uno de los consensos más potentes del Congreso fue retomar la demanda de creación de la Universidad Maya’, no como un gesto simbólico, sino como un acto de justicia epistémica y cultural. Es una demanda histórica. Se plantea una casa de estudios que nazca desde los territorios, que piense en y hable en los idiomas de la familia Maya’, que respire con el corazón de la Madre Tierra, y que articule el conocimiento ancestral con el pensamiento contemporáneo. Una universidad para formar liderazgos con raíces profundas y alas fuertes con miras al futuro.

El Popol Wuj sigue hablando

La clausura del Congreso no fue un cierre, sino un compromiso renovado. El Popol Wuj sigue dialogando. Su voz interpela no sólo a quienes lo estudian, sino a toda una sociedad que aún tiene el reto de reconocer, valorar y aprender de los saberes originarios

Este Congreso demostró que otro diálogo es posible: uno donde la ciencia, la espiritualidad y la comunidad se abrazan para construir futuros más justos, equilibrados y nuestros. Sus enseñanzas —la armonía con la Madre Tierra, la cooperación entre comunidades, el respeto al ciclo de la vida y la centralidad del corazón como centro del conocimiento— son hoy más necesarias que nunca.

Hoy, los gobiernos, las instituciones académicas, los medios de comunicación y la sociedad deben dejar de ver el conocimiento de los pueblos originarios como folklore o romanticismo. Es hora de dialogar con él, aprender de él y actuar en consecuencia.

El corazón del Popol Wuj sigue palpitando. La pregunta es: ¿Quiénes están dispuestos a escuchar?