Este 20 de octubre de 2025 se llevó a cabo la ceremonia inaugural de los XII Juegos Centroamericanos en el centro comercial “Ciudad Cayalá”, un lugar que visiblemente no reúne las condiciones arquitectónicas y urbanísticas para la realización de tal evento deportivo, sin dotación de identidad o significado histórico y social.
Por Violeta Cetino
Hace dos años, en el Paro Nacional indefinido en defensa de la democracia de 2023, “Ciudad Cayalá” fue el punto de mayor violencia contra manifestantes. Hombres con tintes de paramilitares que cubrieron sus rostros con pasamontañas y que portaban armas de alto calibre “cuidaban” el recinto y amenazaban a quienes acudieron a las cercanías del comercial a defender los resultados de las elecciones de 2023. Este 20 de octubre, en otro contexto, la violencia se hizo presente de nuevo en el acto inaugural de los XII Juegos Centroamericanos.
En uno de los videos que circula en redes sociales durante la ceremonia de este evento deportivo, se observa cuando la medallista del primer oro olímpico de Guatemala, Adriana Ruano, intenta incorporarse al equipo de atletas que encabeza el desfile inaugural, y enseguida es jaloneada por aficionados para fotografiarse con ella, y es empujada por un grupo de periodistas que se disponía a documentar la actividad. ¿Qué justifica que las mujeres debamos ser objetos para ser fotografiadas a antojo de aficionados?
Adriana Ruano ha debido enfrentar violencias, como cuando el diputado Carlos Calderón la tomó del brazo en el Congreso de la República y acercó su rostro al de ella, o cuando Jean Pierre Brol comentó que la atleta disparaba como hombre, y en esta inauguración fue agredida físicamente.
Con lazos en los laterales, las delegaciones deportivas fueron apartadas de un público numeroso, en las vías del comercial que, para una actividad de tal magnitud son pequeños caminos que encierran peligros latentes, como una marea humana, por ejemplo. ¿Acaso Guatemala no cuenta con otros recintos para una actividad deportiva de esta envergadura?
De acuerdo con el arqueólogo, Diego Vásquez Monterroso, Cayalá viene de “Paxil Cayalá”, y se trata de un nombre que aparece en el Popol Wuj y que hace referencia al lugar de origen del maíz, un paraíso.
Pero Ciudad Cayalá no es precisamente un paraíso, menos de los hombres de maíz. A principios del 2013, la periodista internacional Romina Ruiz-Goiriena, envió una nota a AP acerca de Ciudad Cayalá. Esta la envió en inglés y fue publicada rápidamente en varios medios alrededor del mundo.
En dicha nota, Romina explicó que Cayalá es una ciudad privada, “construida para evadir la delincuencia”. Estos proyectos habitacionales y comerciales son complejos cerrados, privados, con muros y garitas, al que únicamente se puede acceder en vehículo.
Lejos de poner a disposición de una población que tiene muy poco acceso al deporte, tanto para practicarlo como para apreciarlo, la organización de la ceremonia inaugural lo colocó en un punto inaccesible, donde no hay garantía de transporte público y/o seguro, y que tiene un enfoque meramente mercantilista y comercial, limitando que los sectores populares gocen también de una actividad pública impulsada y financiada desde entes estatales.
¿Qué intereses promovieron la realización de una ceremonia inaugural en un complejo privado, meramente habitacional y comercial, cuando debió ser una verdadera fiesta popular?



