El próximo 12 de octubre los magistrados de la Corte Suprema de Justicia deben elegir a su nuevo presidente, quien será figura clave no solo para el funcionamiento interno del Organismo Judicial, sino también para los procesos de postulación que marcarán el futuro de la justicia: la elección del próximo fiscal general y la designación de magistrados de la Corte de Constitucionalidad.
Por Rony Ríos
Cada año, los 13 magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) deben escoger entre ellos a quien presida la institución para el próximo periodo; aunque el cargo dura un año, es el presidente quien dirige administrativamente el Organismo Judicial (OJ) y también juega un papel decisivo en dos escenarios importantes para el sistema de justicia.
La persona que presida la CSJ concentra un poder significativo en el sistema judicial porque además de dirigir el OJ, administra los recursos humanos y financieros de la institución y dirige las sesiones plenarias.
Otra de sus atribuciones importantes está en los procesos de postulación porque preside la Comisión de Postulación para candidaturas a fiscal general, es quien convoca, dirige y modera las sesiones en las que se evalúan los perfiles de los aspirantes. En esta Comisión serán seleccionada una lista de seis candidaturas de la que el presidente Bernardo Arévalo elegirá a una personas para dirigir el Ministerio Público (MP).
El MP tiene en sus manos las principales investigaciones contra corrupción, crimen organizado y violaciones de derechos humanos, esta función coloca al presidente de la CSJ en el centro de la disputa política.
En el caso de la CC, quien presida la CSJ liderará la votación interna que definirá al magistrado titular y suplente que representarán al OJ en el tribunal constitucional, que se ha convertido en árbitro de las disputas más relevantes entre poderes del Estado, desde elecciones hasta reformas legales, convirtiendo su integración en un tema de alta sensibilidad política.
La persona que asuma la presidencia de la CSJ en octubre de este año tendrá un papel determinante en la configuración de dos de las instituciones más influyentes del sistema de justicia. La elección se debe realizar en el pleno de la CSJ que regularmente comienza la noche del 11 de octubre para que asuma sus funciones en la madrugada del 12 de ese mes.
El antecedente: un bloqueo que paralizó a la Corte
La elección del último presidente de la CSJ fue un ejemplo de cómo las disputas internas pueden llevar a la parálisis institucional. En octubre de 2024, tras la toma de posesión de los magistrados, estos no lograron alcanzar los nueve votos necesarios para elegir presidente. La presidencia recayó de forma provisional en el vocal I, Carlos Rodimiro Lucero Paz, mientras se desarrollaban más de 19 rondas de votación fallidas.
La situación se prolongó por semanas y obligó a la CC a intervenir por medio de un amparo con el que emplazó a los magistrados a sesionar de forma permanente hasta elegir a su presidente y los advirtió sobre posibles sanciones penales si persistía el incumplimiento.
La presión finalmente permitió que la Corte resolviera la elección, pero puso en evidencia la profunda división interna y el peso de las negociaciones políticas. Teódulo Cifuentes fue electo como presidente con el aval de 12 magistrados.
Cifuentes pertenece al grupo de operadores de justicia vinculado con el magistrado de la CC, Nester Vásquez, con quien estuvo señalado en el caso de presunto de manipulación de Cortes denominado Comisiones Paralelas 2020.
La correlación de fuerzas
La CSJ se encuentra hoy dividida en dos bloques principales que responden a diferentes operadores de poder. El bloque mayoritario, denominado el “grupo de los 8”, que responde a los intereses de Nester Vásquez y de la bancada Vamos.
Este grupo estaría conformado por Carlos Ramiro Contreras, Igmaín Galicia Pimentel, Luis Corado Campos, Claudia Paredes, Teódulo Cifuentes, Clemén Juárez, Jenny Alvarado y Gustavo Morales, donde los primeros cinco fueron señalados por sus vínculos con la bancada Vamos, mientras que los últimos tres han sido perfilados como los operadores de Vásquez.
El otro bloque está integrado por cinco magistrados y liderados por Carlos Rodimiro Lucero Paz, quien es el actual vocal I de la CSJ y fungió como presidente interino durante la crisis de 2024. Este grupo es señalado de tener vínculos con Estuardo Gálvez, el exrector de la USAC.
El bloque de oposición está conformado por Estuardo Adolfo Cárdenas, Flor de María Gálvez -hermana del exrector de la USAC-, Flor de María García Villatoro, Carlos Lucero Paz y René Guillermo Girón Palacios.
Aunque los grupos se marcaron desde que fueron electos, fuentes de la CSJ señalaron que la magistrada Flor de María García Villatoro ha tomado distancia de su bloque en determinadas discusiones y se ha mostrado más afín a los magistrados vinculados a Nester Vásquez.
Un futuro en disputa
La elección del 12 de octubre pondrá nuevamente a prueba la capacidad de los magistrados de la CSJ para superar sus divisiones internas. La experiencia de 2024 mostró que el bloqueo es una herramienta utilizada por los grupos de poder para forzar negociaciones y garantizar cuotas de control.
Con la mirada puesta en la renovación del Ministerio Público y de la Corte de Constitucionalidad, el próximo presidente de la CSJ asumirá con una carga política mucho mayor que sus antecesores. Su elección no solo marcará el rumbo administrativo del Organismo Judicial, sino que puede ser decisiva para definir la independencia del sistema de justicia en los próximos años.
Para esta contienda, fuentes cercanas a la CSJ dijeron que es el grupo de los magistrados afines a Nester Vásquez quienes buscan acaparar el puesto. Los magistrados Carlos Contreras, Luis Corado y Claudia Paredes son quienes podrían postularse con el apoyo del resto del bloque.
https://prensacomunitaria.org/2025/08/onu-dara-seguimiento-a-eleccion-para-la-presidencia-en-la-corte-suprema-de-justicia/




