El parque Refugio del Quetzal promueve la conservación del ave nacional en San Marcos

 

En San Rafael Pie de la Cuesta, San Marcos, se encuentra el Refugio del Quetzal, visitado por turistas nacionales y extranjeros. El refugio alberga otras especies de aves amenazadas pero su atractivo más importante es el quetzal que se caracteriza por ser monógama y muy territorial. Para garantizar su reproducción, los guardaparques construyen nidos artificiales.

Por Elmer Ponce

El Parque Regional Municipal San Rafael Pie de La Cuesta, conocido como “Refugio del Quetzal”, es un área protegida con una extensión territorial de 43.50 hectáreas, registrada en el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (SIGAP), desde el año 2015.

Uno de los atractivos más importantes, de este lugar ubicado en San Marcos, es el quetzal (Pharomachrus mocinno), un ave omnívora que se alimenta principalmente de árboles de la familia Lauraceae, hiedras, palmeras, arbustos, entre otras especies, como el aguacatillo y también se alimenta de insectos, lagartijas, ranas y moluscos.

El quetzal es un ave con plumajes verdes, rojos, azulados y amarillos. Además, es monógama y en época de reproducción tanto el macho como la hembra cuidan a sus crías.

El Refugio del Quetzal se ubica en el municipio de San Rafael Pie de la Cuesta. Foto Elmer Ponce

En este parque, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) y guardaparques, construyen nidos artificiales que ayudan a la reproducción de esta ave.

Los nidos “artificiales”

Un dato importante en el proceso de reproducción es que la Dirección Regional del Altiplano Occidental del CONAP junto a guardaparques de la Municipalidad de San Marcos implementan acciones para apoyar su reproducción y conservación in situ y en completa libertad, con la colocación de “nidos artificiales”.

Esta acción ha sido calificada de tener un resultado exitoso, ya que investigadores y científicos de otros países han visitado Guatemala para conocer cómo funciona este modelo y replicarlo en sus lugares de origen. Además, ha aumentado la presencia del quetzal en el área y esto se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos del parque regional.

Aspecto de un nido artificial por medio del cual se busca estimular la reproducción del quetzal. Foto Elmer Ponce

La forma en que se ayuda a su reproducción es que a un árbol se le coloca un tronco en descomposición de otro conocido por su nombre local como “Batz”. Este es poroso y suave, lo que facilita a que el quetzal pueda picarlo y hacer su nido y reproducirse. La mayoría de nidos en el Parque son nidos artificiales.

Cómo se reproducen

Los guardaparque colocan los nidos con 5 o 6 meses de anticipación a la época de anidación, para que puedan familiarizarse con el nido, los observan y monitorean y sólo cuando las aves se sienten seguras trabajan en ellos para la construcción de sus nidos. La época de anidamiento en este lugar es de febrero a mayo de cada año.

Según personal del parque se han registrado 40 parejas aproximadamente en la zona, demostrando el éxito de los nidos artificiales colocados estratégicamente y cada año se colocan entre 50 nidos artificiales aproximadamente, pero no todos son usados por los quetzales, según el CONAP, ya que el quetzal es muy territorial y exige un espacio prudente para cada pareja.


De acuerdo con don Luis Barrios, el cortejo de las parejas dura aproximadamente tres semanas y se inicia observando a las hembras y machos volando de un lado a otro.

En noviembre y diciembre las parejas de quetzal seleccionan los nidos, pican varios troncos y eligen el que más les guste. Posteriormente deciden anidar, el proceso de incubación dura entre 20 y 22 días aproximadamente, después que la hembra pone los huevos.

Hembra y macho incuban en turnos hasta que nace el pichón, estos permanecen en los nidos entre 30 y 40 días antes de abandonar el nido para luego repetir el ciclo.

Características del refugio

Este lugar cuenta con un bosque nuboso representativo de la región; posee una vasta flora donde se ha identificado al menos 72 especies arbustivas y arbóreas; el área cuenta con 14 nacimientos de agua de los cuales dos son utilizados para el abastecimiento para comunidades cercanas, donde también al menos 3,000 familias se benefician de plantas medicinales de esta importante área protegida, dijo el personal del CONAP.

 

En el Refugio del Quetzal turistas pueden apreciar la flora y fauna del bosque nuboso de la región. Foto Elmer Ponce

Según el CONAP, en esta zona se registran 12 especies de aves en las categorías A1 (especies mundialmente amenazadas según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN), como la Penelopina nigra o comúnmente conocida como Chacha negra.

Y especies en la categoría A3, restringidas a un bioma, una región definida por condiciones climáticas y geográficas.

Se han registrado 160 especies de aves residentes y migratorias. Sin embargo, de todas las aves registradas en el área protegida la que resalta por su belleza y connotación cultural es el quetzal.