“La desigualdad hay que corregirla, Guatemala tiene que ser un único país, no dos”

 

Balakrishnan Rajagopal es Relator Especial sobre una vivienda adecuada de la ONU desde mayo de 2020. Abogado, experto en derechos humanos económicos, sociales y culturales, del sistema de las Naciones Unidas y los problemas de derechos humanos que plantean las actividades de desarrollo. Recientemente visitó Guatemala para constatar las condiciones de vida de la población guatemalteca de Alta Verapaz, Izabal y Zacapa, tres departamentos que enfrentan los mayores índices de desigualdad, los efectos del extractivismo y del cambio climático.

Por Simón Antonio Ramón*

Balakrishnan Rajagopal, el relator especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre el derecho a una vivienda adecuada, llegó al país y como parte de ella recorrió lugares en el nororiente del país. También se reunió con funcionarios de gobierno, del Organismo Judicial y del Ministerio Público (MP) y magistrados de la Corte de Cosntitucionalidad (CC) entre el 14 y el 25 de julio.

El viernes 25, el último día de su visita oficial, presentó en un hotel de la capital su informe preliminar divido en dos partes. En la primera, abordó la situación estructural e histórica de la propiedad de la tierra y el sistema económico del país. De la parte de la realidad que conoció de primera mano adelantó que la tierra que está en propiedad privada afecta a las familias que constantemente se ven afectadas por los desalojos. Además, dijo que las condiciones de pobreza que viven son parte de la materialización del cambio climático, evidenciando que “Guatemala sigue siendo uno de los países más desiguales”.

En la segunda parte del informe, habló de las condiciones actuales de las viviendas, los efectos de la urbanización y la discriminación hacia las familias que se ven obligadas a desplazarse. También señaló que el mundo vive una crisis de múltiples dimensiones que afecta a la sociedad moderna porque todo se centraliza en la concentración y explotación de los bienes naturales.

En esta entrevista con Prensa Comunitaria, Rajagopal abordó sus obversaciones sobre Guatemala y los posibles caminos que se pueden implementar para generar mejores condiciones de vida y disminuir la desigualdad en la población. Para la conversación se contó con el apoyo de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Derechos Humanos (OACNUDH) en Guatemala que tradujo simultáneamente del inglés al español.

¿En qué circunstancias se encuentran las familias guatemaltecas en los departamentos que visitó?

Depende a cuál de las dos Guatemalas nos referimos. Primero, está la urbana y luego la rural. Son dos mundos completamente diferentes. Creo que hay tantas desigualdades porque muchas familias viven en condiciones desiguales y otras viven en condiciones como la de los países ricos, esta zona donde estamos ahora, por ejemplo.

Pero hay otros que viven en condiciones desfavorables aquí en la ciudad de Guatemala. No tienen acceso a agua, saneamiento, sus hogares están hechos de láminas, con materiales muy inestables, se les inunda la zona todo el tiempo, pasan ríos contaminados donde viven, con muchísima dificultades para tener servicios básicos.

Cuando uno sale de la ciudad de Guatemala de nuevo vuelve a ver todas estas desigualdades. Hay algunos viviendo en grandes casas y otros, como los campesinos, viven en situaciones muy vulnerables. Aislados. Hay comunidadesindígenas que viven en la montaña y el único acceso que tienen es una carretera de terracería pero muy peligrosa.  No tienen acceso a ningún servicio. Las escuelas están lejos. Hablé con dos jovencitas que caminan dos horas de ida y de vuelta para ir a estudiar, son condiciones totalmente inaceptables. En las comunidades sobretodo, las comunidades rurales son vulnerables y tienen una gran falta de certeza con respecto a la tierra.

¿Qué implica esa situación para las familias?

No tienen seguridad, pueden ser desalojadas en cualquier momento por grupos armados de manera ilegal, otros desalojosocurren con la ayuda de la policía y el ejército, a través de una resolución judicial, con desalojos extremadamente violentos. Se queman los hogares, los cultivos y no dan tiempo para que saquen sus pertenencias, y sin ninguna ayuda les dejan en situación de calle básicamente.

Luego, se divisa la ley penal para defenderse del delito de usurpación y usurpación agravada. Muchas personas con niños tienen orden de captura en su contra y viven con miedo y escondidos; ni siquiera pueden salir a buscar un trabajo, ni acompañar a sus hijos a la escuela.

Entonces, como decía hay dos Guatemala, y esto de la desigualdad hay que corregirlo. Guatemala tiene que ser un único país, no dos.

Según los estándares internacionales sobre vivienda ¿A qué nivel se encuentra Guatemala? 

Depende de qué Guatemala hablamos. Hay una Guatemala que cumple el nivel de las condiciones de derechos humanos, están seguros, las personas no tienen tanto miedo de ser desalojadas. Tienen acceso a servicios, agua adecuada, saneamientos, escuelas, viven una vida muy cómoda, están muy bien ubicados geográficamente; pero hay una gran mayoría de personas que vive en lugares que no cumplen estos estándares.

Hay brechas, por ejemplo, hay casas que no tienen seguridad, no solo por los desalojos, sino porque no pueden resistir los desastres naturales como los terremotos. Muchas de estas casas se pueden derrumbar fácilmente, es un grandísimoproblema por falta de acceso a servicios básicos como el agua, saneamiento y salubridad.

¿En dónde se deben iniciar las acciones para cambiar esta realidad?

Deben ser abordadas por el gobierno que debe prestar atención. En primer lugar, parar los desalojos. He pedido una moratoria a todos los involucrados y luego, un marco jurídico que establezca claramente un desalojo legal o aceptable y que analicen qué elemento legal permita perseguir a las personas que ocupen ilegalmente tierras.

Y luego, construir las viviendas, para que estén a la altura, para que sean más aceptables.

¿Cómo afecta estas situaciones con el calentamiento global y el cambio climático?

Las inundaciones en un país que tiene una geografía como Guatemala, con tantas colinas, son constantes. Hay muchas casas que se construyen en tierras bajas o en valles o a la orilla de ríos, y que están en riesgo porque en algún momento el agua las inunda; vemos en el espacio de una sola generación que se han visto obligadas a abandonar sus casas, por el aumento del agua y la amenaza de ríos con desbordarse.

Son riesgos que no bajan sino aumentan con el cambio climático, las inundaciones, la tala de árboles y por prácticas queno son sostenibles. Con todo esto, se elimina la cobertura forestal, los terremotos los afecta de manera muy negativa, sobretodo, a los que viven en casas que son construidas con materiales que no son suficientemente fuertes.

El país no tiene un código de construcción, me dice el gobierno que están preparando las normas de construcción. Normas básicas de construcción que garanticen resistir a terremotos, aun no existen. Este es un punto de inflexión para Guatemala, es ahora que tienen que crear toda esta normativa para hacerla cumplir, para que los edificios puedan resistir a los eventos naturales.

Visitó Alta Verapaz, Izabal y Zacapa ¿Porqué visitó estos departamentos?

Todos los departamentos son importantes. Pero estos son muy vulnerables particularmente por la situación contra personas que han recibido amenazas y la gran cantidad que han emigrado por la pobreza, inseguridad y la presencia de proyectos extractivos incluyendo mineras.

Son también departamentos en donde ha habido mucho conflicto por la tierra, es una de las razones por las que fui, me dijeron que podía dialogar con campesinos, pueblos indígenas, tambien para constatar cómo están viviendo aquellas personas vulnerables en este país.

En algunas intervenciones usted ha dicho que actualmente la población se enfrenta a una crisis global de vivienda ¿la situación que menciona está presente en Guatemala o el país aporta a esta crisis?

La cuestión de la vivienda definitivamente es una crisis global. Una realidad es el resultado de lo que yo llamaría una confluencia de varias crisis. Una crisis económica aumenta los precios y se reduce las utilidades a la hora de compartirlas; luego, hay una crisis ecológica por la destrucción de los hábitats, la contaminación de los ecosistemas y el impacto del cambio climático.

Hay también una crisis política en los países que se fragmentan más en grupos de clases. Los que tienen dinero ydefienden sus intereses, la fragmentación política y la fragmentación del Estado también. Hay también una crisis cultural y una crisis espiritual, esta crisis surge cuando cuesta proteger lo más valioso que son las relaciones entre las personas y la naturaleza y la preservación de la memoria.

Pero desafortunadamente no es así cómo piensa la civilización moderna. En las comunidades indígenas vi la espiritualidad, no solo en la relación con la naturaleza sino también entre ellas. Tienen una manera muy diferente interactuar entre ellas.

Yo creo que esta crisis moral y espiritual lleva el empobrecimiento del individuo, las personas terminan tratándose unas a otras de una manera inhumana. Ahora lo que vemos es que hay muchas crisis en el mundo. Todos los países las están sufriendo. Algunos en mayor y otros en menor medida.

En Guatemala se complejiza la situación por el grave impacto del imperialismo extractivista y conflictos armados, que han dejado una profunda huella al país.

En está confluencia de crisis, también hay una gran cantidad de esfuerzos para responder a todas estas situaciones. Por ejemplo, si uno enfoca la crisis de la tierra a una situación puramente económica, no funciona, tiene que ser un enfoque múltiple.

Ha pedido una moratoria para detener los desalojos ¿Qué apertura encontró en las autoridades con quienes se reunió para llevar acabo esta petición?

En mi conversación con el presidente mencioné que en mi intervención, al final de la misión, pediría una moratoria. Él ahora recibirá mi recomendación, ahora vamos a ver que me diga como gobierno que requerirá. Yo estoy  atento paraseguir asesorando y colaborando para que se materialice.

En el caso de la vivienda adecuada como lo llama las Naciones Unidas ¿qué acciones debe realizar Guatemala al respecto?

La situación de la vivienda es compleja. En primer lugar, depende dónde se encuentre la persona, porque hay muchas cuestiones que son verdaderamente estructurales. Hay otras que se manifiestan de otras maneras como la calidad de esa vivienda, accesibilidad de servicios, las vulnerabilidades específicas a las que se enfrentan ciertas personas como las mujeres ante la violencia doméstica.

Creo que el gobierno debe responder con un nivel de compromiso, escucho mucha disposición de funcionarios de gobierno para atender la situación actual, en otras situaciones van a necesitar a la cooperación internacional. Y yo, definitivamente, aliento a que llegue la ayuda internacional a Guatemala y a lugares que necesita para cumplir con estos compromisos.

¿Hay países que pueden ser referentes para Guatemala en el caso de la vivienda?

Sí. Existen. Hay países que serían un ejemplo para Guatemala. De prácticas específicas podríamos decir que tiene que ver con que Guatemala tenga varios sistemas de posesión de la tierra, como los títulos colectivos, hay un exceso enfoque a la propiedad individual, solo se centran en ciertos dueños que pueden perder y comprar en el mercado.

Hay otros sistemas de propiedad de la tierra como la colectiva, que está recogida en la Constitución, que debiera servir para las viviendas, como ocurre en México. El caso de Suiza, ubicado en el centro de Europa, ellos han logrado mantener los precios, incluidos los alquileres. Las personas que viven ahí pueden comprar una vivienda porque les dan facilidad. No pagan más del 30 por ciento de sus ingresos.

Una de las cosas que puede mejorarse en Guatemala es la situación desproporcionada sobre las mujeres, que tienen muy poca voz, hay poca representación en el país.

Para los diferentes problemas hay diferentes países que pueden ser referencia y algunos de ellos los mencionaré en el informe final que presentaré en los próximos meses ante la Consejo de Derechos Humanos.