Archivos coloniales registran que cinco familias indígenas de Santa María Zunil, Quetzaltenango, se asentaron en el lugar conocido como Ch`aqäyä` (Pueblo Chiquito), ubicado en la parte baja del poblado que luego se llamaría Santa María de Jesús. No se trató de un traslado fortuito sino forzado, no solo por la enemistad entre vecinos sino por las Leyes Nuevas que obligaban a los indígenas a integrar pueblos con hasta 300 personas, en aparentes condiciones de libertad, pero siempre vasallos y tributarios del rey. Para 1736, en la localidad se habían levantado casas alrededor de una plaza central y tres iglesias católicas, según la inscripción en una antigua losa. En ese contexto se construyó El Calvario, un templo centenario y punto de referencia local que de espaldas desafiaba al temido volcán de Agua.
Por Claudia Méndez Villaseñor
Antes que la capital del Reino de Guatemala se asentara y cobrara auge en el valle de Panchoy, en Santa María de Jesús, el poblado indígena nacido de las Leyes Nuevas, la vida cotidiana transcurría, entre las costumbres españolas y las tradiciones ancestrales. Lo aprendido con la fe católica se conjugaba con plegarias por la vida y las cosechas dedicadas a la diosa de la Luna; al dios del Sol y a K, KAB`RAQÄN, el dios Temblor. En ese contexto se construyó El Calvario en Pueblo Chiquito. Un templo desafiante, que daba la espalda a Junaj Pù , el volcán. No tardaría la naturaleza y su fuerza en retar la estructura religiosa colonial. Una y otra vez quedó destruido, pero una y otra vez fue reconstruido.

En ruinas
La serie de temblores que se registró el 8 de julio en Sacatepéquez, Escuintla y Guatemala ocasionó la pérdida de vidas humanas; daños en viviendas; derrumbes en caminos rurales y carreteras; así como el colapso de edificios patrimoniales como el templo colonial de El Calvario, en Santa María de Jesús, Sacatepéquez. Las ruinas de esta valiosa joya arquitectónica son testimonio de una historia de más de 200 años que comenzó con la vigencia de la Leyes Nuevas en Guatemala, tras la invasión española al territorio nacional.
De acuerdo con datos de la Dirección Municipal de Planificación, de la alcaldía de Santa María de Jesús, las tradiciones más antiguas orientan al norte la primitiva sede de la comunidad. El Calvario, una pequeña iglesia colonial, se construyó en el siglo XVI a 50 metros de la primera iglesia católica construida en un paraje conocido como Pueblo Chiquito. Esa primera parroquia, así como la segunda capital del Reino, quedó destruida por las corrientes de agua que descendieron del volcán de Agua en 1541.
Desde entonces, El Calvario desafió la fuerza de la naturaleza en cinco ocasiones. La estructura del templo quedó destruida por los terremotos de 1717; 1751; 1773, así como por los de 1917 y 1918 y el 1976. Se restauró cada vez y mantuvo el estilo arquitectónico original. Pero, se declaró inhabitable. Sin embargo, para los vecinos de Santa María de Jesús, el templo era un importante punto de referencia local y de encuentro, en especial durante Semana Santa.

Otros hallazgos
Como lo señala la historia con cada terremoto o derrumbes y deslaves del volcán de Agua, los habitantes de Pueblo Chiquito consideraron la necesidad del traslado de la comunidad a sitios más seguros. Así fue como se construyó Santa María de Jesús cuyos trazos urbanos de estilo colonial del siglo XVII están resguardados en el Sistema de Información Cultural (SIC). Se construyó la Plaza Central con la parroquia católica al oriente y el mercado al poniente.
En agosto y diciembre del año 2000, se efectuaron varias excavaciones en la sección oeste de la Plaza Central de Santa María de Jesús con la finalidad de reconstruir el proceso de asentamiento del pueblo con base en el reconocimiento de los monumentos coloniales y la correlación de fechas que se registran en las paredes y campanas de los tres templos católicos localizados en el municipio.
En el documento “Contribuciones para la historia del municipio de Santa María de Jesús, departamento de Sacatepéquez”, que contó con el patrocinio de la municipalidad, el equipo integrado por Carmen E. Ramos, Paulino I. Morales y Zoila Rodríguez Girón evidenció que una iglesia católica de la orden franciscana, de la que se mantenía la fachada frontal, era la construcción más antigua en el lugar. “Este templo, orientado hacia Antigua Guatemala, se localizó en terrenos de cultivo en el paraje conocido como Pueblo Chiquito y en abandono”, se mencionó en el documento.
La estructura fue construida con piedra volcánica y sillería de ladrillos de barro y mortero de cal. En la parte posterior de la estructura, el equipo consideró que existía evidencia de la casa en la que vivió el sacerdote responsable del templo. En el terreno el equipo encontró excavaciones ilegales y huesos humanos. Este templo y las casas construidas a su alrededor fueron destruidas por deslaves del volcán de Agua, según los expertos.
Traslado a un sitio más alto
El temor de una nueva catástrofe sería el motivo que impulsó el traslado de la comunidad a un lugar ubicado a 300 metros al este. El Calvario se construyó 50 metros más arriba del primer templo católico, pero de espalda al volcán.
El equipo descubrió que el atrio y las gradas de ingreso de El Calvario fueron construidos con las piedras del templo destruido. También revelaron que la estructura fue dañada por los temblores del siglo XVII y el terremoto de 1976 . Fue reparada en distintas épocas y la reconstrucción incluyó edificar muros contrafuertes; muros laterales y la sección superior del frontispicio con paredes de block y hormigón armado. En el año 2000, los cimientos de El Calvario se encontraban expuestos en el lado norte, por la nivelación al terreno efectuada años atrás.
De acuerdo con los expertos, “la distribución espacial de los edificios eclesiásticos parece reflejar el temor a las fuerzas contenidas por el volcán Junapú o Agua. En el mapa del pueblo podemos notar que las tres iglesias comparten un mismo eje. Sin embargo, el templo de El Calvario le da la espalda al lugar del desastre, mientras que la fachada del tercer templo está orientada hacia la boca del volcán”, se lee en el documento.
El equipo no logró precisar la fecha en la que se construyó El Calvario, pero consideró que pudo ser paralela a la edificación de la parroquia principal del poblado, en 1736. Sin embargo, en las campanas las fechas son distintas: 1764, 1768 y 1842.
La pérdida de El Calvario
En las redes sociales cientos de usuarios lamentaron el colapso de la estructura colonial del templo por su valor histórico y comunitario. En varias publicaciones se mencionó que por el deterioro de la estructura de la iglesia estaba cerrada, pero ello no implicaba que fuera la puerta de salida de las procesiones más representativas en el municipio en Semana Santa. La municipalidad de San María de Jesús promocionaba el templo como una estampa turística, un sitio de parada obligada al visitar el municipio.
Ahora que El Calvario quedó en ruinas los vecinos, lamentan lo ocurrido, pero esperan que como en otras ocasiones el templo se levante y se mantenga desafiante como desde hace más de 200 años, de espaldas al volcán de Agua y a la fuerza de la naturaleza.
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