“Cabecera del pueblo”, así identifica la población maya Tz’utujil de Santiago Atitlán a la autoridad ancestral. Su elección y funciones están ligadas a la identidad y existencia del orden jurídico maya.
Por Isela Espinoza
El pueblo Tz’utujil de Santiago Atitlán tiene una cita en la plaza de la Iglesia católica, este viernes 1 de noviembre a las 9:00 horas. El motivo: la elección del cabecera del pueblo. La convocatoria es histórica ya que 34 años después, la población volverá a reunirse en ese punto por un tema vinculado a la identidad.
La primera vez sucedió la noche del 1 de diciembre de 1990 cuando el sonar de las campanas de la parroquia congregó a cientos de personas, para dirigirse al destacamento militar que se encontraba a dos kilómetros del centro de Santiago Atitlán y solicitar pacíficamente al ejército que cesara los secuestros y asesinatos de pobladores durante el conflicto armado interno. Pero, la madrugada del 2 de diciembre el ejército masacró a 13 personas de ese municipio. La primera masacre en Santiago Atitlán se registró en enero de 1981.

La escena es recordada por Nicolás Sapalú Toj, quien en 1970 fue reclutado por el Ejército de Guatemala. Su desacuerdo con el trato que le daban a la población de Santiago Atitlán le llevó a tomar la decisión de darse de baja en 1979, el año en el que iniciaron las desapariciones en su territorio, según contó en una entrevista publicada por Prensa Comunitaria, en 2019.
Sapalú Toj falleció el 4 de marzo de 2024 y hasta entonces ostentó el cargo de cabecera del pueblo durante 14 años.

Autoridad ancestral
Santiago Atitlán es un pueblo ubicado en el suroeste de la ciudad de Guatemala, a 190 kilómetros. El 97.4% de la población es mayoritariamente maya Tz’utujil, según el último censo de 2018.
Tras la invasión española en 1524, el sistema de cofradías en este municipio de Sololá fue ligado a sus autoridades ancestrales y con el tiempo también a las comunales. “El respeto a la palabra” es un libro que plasmó el orden jurídico de poblaciones mayas en Chichicastenango, Quiché; San Juan Comalapa, Chimaltenango; Santa Eulalia, Huehuetenango; Tactic, Alta Verapaz y Santiago Atitlán, Sololá.
En el último capítulo se refiere a las cofradías como un cuerpo organizativo en el que el cabecera del pueblo es el funcionario más importante en este sistema. Entre sus responsabilidades están: custodiar el título de las tierras comunales que se resguarda en la conocida caja real hecha de madera y que data desde el año 1700, convocar a reuniones a los alcaldes de cofradías, presidir las fiestas y las ceremonias religiosas, presidir los cambios de cargos en las cofradías, mediar en los problemas que surjan entre estas organizaciones religiosas y ser portavoz de las demandas y peticiones de la población.

Con el tiempo, sus funciones se han ido adaptando a las necesidades de la comunidad. En los últimos años, el cabecera del pueblo, también ha acompañado a las alcaldías comunitarias y a los encargados de la orilla del lago de Atitlán en Santiago, por ejemplo.
Una de las acciones que lideró Nicolás Sapalú Toj fue un recurso de apelación que presentó en la Corte de Constitucionalidad (CC) en contra de la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural del Ministerio de Cultura y Deportes.
El amparo presentado en 2020 se debió a que el Ministerio de Cultura autorizó modificaciones al atrio del templo de la Iglesia católica sin consultar a las autoridades indígenas. Según Sapalú Toj, la acción habría vulnerado el derecho de ejercer su identidad cultural y espiritual maya ancestral en ese lugar.
En la década de los noventa, los requerimientos para ser cabecera del pueblo eran haber pasado por cada una de las 10 cofradías existentes (siendo la de Santa Cruz y la de Santiago Apóstol las más importantes) y ser escogido únicamente por los integrantes de las cofradías.
Actualmente esos requerimientos también han cambiado y aún podrían tener modificaciones. Todo dependerá de la asamblea de mañana.
“El sistema organizativo religioso en Santiago Atitlán se observa que está integrado de la forma siguiente: cabecera del pueblo, fiscal (titaa’), regidores, alcaldes de cofradía, primer mayor y alguaciles”, refiere la publicación de 1995 en donde uno de los editores es Carlos Fredy Ochoa, antropólogo especialista en las sociedades mayas.
Antes de los 2000, en Santiago Atitlán existían 10 cofradías y cada una resguardaba una imagen. Estas se integraban con ocho personas y solo la de la Santa Cruz, que mantiene la tradición relacionada con Maximón (Rilaj Mam en Tz’utujil), poseía 10. Se sumaban cuatro sacristanes, el cabecera, así como el primer y segundo fiscal que le acompañan para un total de 90 personas. De estas, 89 buscaban un consenso para elegir al cabecera cada 1 de noviembre. Ese día se le pregunta a quien ostentaba el cargo si tiene la voluntad de servir un año más a su pueblo. Si dice que no, se empieza una tradición para pedir a las personas que quieran asumir el cargo de autoridad ancestral.
“A partir del 2000 hasta la fecha, las cofradías disminuyeron su número de integrantes. Actualmente hay entre 4 a 10 personas. La elección que se hará el viernes será histórica ya que por primera vez el cabecera no será elegido por las cofradías, sino que en asamblea la población definirá el perfil de quienes busquen optar al cargo y al cabecera para el año 2025”, dijo a Prensa Comunitaria uno de los pobladores consultados, que prefirió hablar en condición de anonimato.
Un requisito que podría cambiar es que el aspirante no necesariamente haya integrado una cofradía. Por otro lado, también se vislumbran desafíos, entre ellos lograr el consenso en la población para elegir al sucesor de Nicolás Sapalú Toj.
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Convocan al pueblo Tz’utujil
El pasado 22 de octubre, los hijos de Sapalú Toj, sacristanes y encargados de la playa comunal hicieron un llamado a la población a participar en la elección de la autoridad ancestral. Durante una conferencia de prensa, Juan Esteban Sapalú dijo que como hijo del cabecera fallecido tiene la responsabilidad de resguardar la caja real que será entregada a quien salga electo. Esta reliquia del pueblo Tz’utujil ha sido resguardada por cada uno de las personas que han ostentado el cargo sin remuneración económica.
El primer título comunal que se le dio al pueblo Tz’utujil fue en 1700, cuando la corona española reconoció esta población maya como dueña de las tierras que habitan. Este documento es resguardado en la caja real hecha de madera que a pesar del tiempo continúa intacta. Antes del 2011, los títulos comunales eran revisados junto con las cofradías, pero desde esa fecha ya no se ha vuelto a hacer.
Pedro Chiquibal Mendoza, que ocupa la posición de sacristán, dijo en la conferencia de prensa que no es la primera vez que un cabecera fallece ejerciendo el cargo. Un antecedente es el de Felipe Petzey, electo el 1 de noviembre de 199, pero falleció el 1 de agosto de 1992. Los últimos meses de la gestión fueron asumidos por el fiscal primero. En 1992, las 10 cofradías se reunieron para elegir al sucesor del cabecera fallecido.
Desde 1980 hasta la fecha se identifican alrededor de 26 cabeceras, según refirió un experto local en el tema. Sin embargo, esta figura data desde antes de la llegada de los españoles. Según el Memorial de Sololá, la comunidad Tz’utujil formaba parte de los grupos mayas que llegaron a Guatemala procedentes de Tulán. Siglos posteriores migraron hacia los alrededores del lago de Atitlán.
“Cuando llegaron los españoles encontraron que la organización Tz’utujil llegaba hasta un Amaq Tz’utujil que era conformado por varias autoridades ancestrales que habitaban en diferentes zonas de Guatemala. En este Amaq Tz’utujil se designaba a un representante que sería el cabecera del pueblo y desde entonces existe esta autoridad”, relató el poblador.
Desde hace siete meses que falleció Sapalú Toj su puesto está vacío, pero su primer y segundo fiscal y las cofradías no tenían prisa en elegir a una nueva autoridad ancestral ya que la fecha establecida para hacerlo es el 1 de noviembre. El cabecera electo asume el 1 de enero del siguiente año.
Durante la conferencia de prensa, los convocantes dieron a conocer que Sapalú Toj dejó tres instrucciones para la elección de su sucesor. Primero, que la persona reconozca sus raíces ancestrales, es decir del pueblo Tz’utujil. Segundo, que trabaje ad honorem por su pueblo sin perseguir ningún interés por lo que la persona debe de poseer un trabajo ya sea en la agricultura u otro oficio. Y tercero, que el aspirante sea joven, aunque no especificó el rango de edad.
Malestar
En el libro “El respeto a la palabra” se resalta que la originalidad de las cofradías y las autoridades ancestrales se evidencia en el grado de autonomía y voluntad con el que un individuo decide integrarse o no en el sistema de cargos. Pero, los procesos de cambio en este tipo de organizaciones, y el impacto del sistema de partidos políticos, que no definen la identidad del pueblo sino la de un modelo específico, también muestran una crisis “que implica para la integración comunitaria, tal como lo prueba la crisis del sistema de partidos”.
El 26 de mayo, dos meses después del fallecimiento del cabecera, hubo un punto de quiebre entre las cofradías cuando la de Santa Cruz junto con la corporación municipal designaron a Juan Esteban Sapalú Mendoza como nuevo cabecera. Él asumió el 1 de junio en un acto trasmitido a través de la cuenta oficial en Facebook de la Municipalidad.
Esto causó molestia en un sector de la población ya que no se estaban siguiendo los procesos ancestrales para elegir a una nueva autoridad y pidieron que fuera el pueblo el que decidiera quién será su nueva autoridad ancestral, ya que se trata de su territorio.
Los pobladores refieren que el cabecera no debe estar unido a una autoridad municipal, como el alcalde, pues son dos autoridades diferentes. El cabecera es el que tiene más peso en la toma de decisiones a nivel territorial. “Un alcalde municipal solo trabaja por dinero, pero un cabecera trabaja por el bien de su pueblo”, explicaron.
Prensa Comunitaria intentó comunicarse con una de las personas que participó en la elección del cabecera el 26 de mayo para tener su versión, pero no respondió las llamadas.
A un día de concretarse la convocatoria, la vida diaria del pueblo Tz’utujil continúa su curso normal. Pero mañana tendrán “voz y voto” en la decisión de su próxima autoridad ancestral.
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Convocan al pueblo Tz’utujil de Santiago Atitlán a elegir al cabecera del pueblo
Algunas fotos del Archivos Digital Etnográfico de Atitlán