El jefe de la Superintendencia de Administración Tributaria no buscará la reelección para mantener su cargo, por lo que dejará la institución en abril cuando finalizará el período de cinco años para el que fue nombrado.
Por Prensa Comunitaria
Después de alcanzar continuamente las metas de recaudación, el superintendente Marco Livio Díaz informó que no se postulará nuevamente para el puesto, debido “al desgaste que ha sufrido” su salud.
El funcionario mencionó que hizo una “profunda reflexión” antes de tomar esta decisión y agradeció a los trabajadores de la SAT por el “incansable” trabajo efectuado durante los cinco años de su gestión.
El titular del ente recaudador anunció su postura por medio de un comunicado, en el cual evitó referirse a las presiones que ha recibido de parte del Ministerio Público de Consuelo Porras.
Estas iniciaron a raíz de la develación del caso B410, una enorme estructura que, según la superintendencia, habría defraudado cientos de millones de quetzales al Estado bajo la simulación de operaciones comerciales.
Tras presentar el caso, la FECI de Rafael Curruchiche allanó la firma de auditores del hermano del jefe de la SAT. Por eso, momentáneamente el superintendente se ausentó de sus labores y pidió con un amparo que no se le criminalizara, sin éxito.
De hecho, actualmente Díaz tiene licencia por motivos de salud e interinamente está a cargo de la institución Armando Gabriel Pokus, quien es el intendente de Atención al Contribuyente.
El nuevo líder de la superintendencia, el cual deberá asumir el próximo mes, tendrá la difícil tarea de financiar los presupuestos cada vez más robustos de la administración pública y seguir con el pico de recaudación que, esta gestión, elevó en un 70%.
Díaz aseguró que, durante estos últimos cinco años, se logró que la SAT sea una de las instituciones más transparentes y eficientes de Guatemala. “Estoy seguro que seguiremos contribuyendo por el país que todos merecemos”, concluyó.
